Crónica ronda 8 – Equipo A – Lliga catalana

LLIGA CATALANA D’ESCACS
Domingo 8 de marzo
Categoría Preferente Barcelona, Grupo IV
RONDA 8. TORREBLANCA 6,5 – RUBINENCA 3,5

Otra temporada para enmarcar del Torreblanca, un club que hay que recordar que fue fundado hace escasamente seis años. El primer equipo consiguió de nuevo la permanencia en categoría Preferente siendo la plantilla con menos elo de todos los equipos de la categoría, y lo ha hecho con 4 puntos de 8 posibles, aupándose a la cuarta posición en un grupo marcado por la igualdad terrible y el precio por las nubes de las plazas de salvamento. El segundo equipo ha certificado el ascenso a Segunda Categoría Provincial, con lo que en la temporada 2021 dispondremos de dos plazas más para la Liga Catalana. Y los dos equipos C y D, que fueron inscritos para foguear a los jóvenes valores del club, pues sirvieron para constatar que en un futuro algunos de nuestros niños darán mucho que hablar. Tiempo al tiempo.

La semana previa al encuentro vital contra la Rubinenca (estamos tan habituales a jugar match-balls que ya los hemos acabado disfrutando, nos va la marcha) fue muy silenciosa en el sistema sofisticado de comunicación interna del club. Efectivamente, en los grupos de WhatsApp no se tenía que enseñar tarjetas amarillas ni expulsar a díscolos, las imágenes censurables brillaban por su ausencia y la gente estudiaba, incluso Julià, que creo que no ha pasado de leerse el índice de “Cartilla de ajedrez” o Jorge Muñoz, que dice que aprende ajedrez viendo los vídeos del Divis y de Pepe Cuenca y que los libros de ajedrez son infumables.

Y aunque uno nunca sabe si el trabajo bien hecho se traducirá en puntos, el match fue una demostración de que todo el mundo empezó enchufado y a no dejar pasar una. Y así Julià se anotó el primer punto con un precioso doblete de caballo a torre y dama que además tocaba el jamelgo que defendía un jaque mate en h7. Yo, después de volver a mi querida Apertura Bird para despistar a mi rival Gerardo Palacios (con el que ya había jugado y perdido injustamente el año anterior en la misma Liga Catalana), en quince jugadas conseguía pillar un alfil a cambio de dos peones y mi rey en pelotas. Posición de +2 para el ordenador, pero muy de doble filo para los humanos, ya que tenía incrustado un peón xenomorfo en d2 muy molesto. Así que, tras mucho pensarlo, decidí sumar medio punto para el equipo repitiendo jugadas, sobre todo tras la victoria del Vaquilla de Cornellà. Esta decisión fue altamente criticada por los comentaristas que atestaban la sala de juego, que vislumbraban que le estaba haciendo la cama al presidente Páez. Todo rotundamente falso, y eso que Páez no nos ha invitado formalmente a la mariscada prometida en el Botafumeiro. Además, estar disponible para controlar el match a partir de las 11:30 sin partida propia que atender
es un lujo, y más en un encuentro tan trascendente. Por cierto, entre Torao y Palacios podrían montar un campeonato a ver quién juega más rápido.

Más tarde Manel Santolaria certificaba el 2,5 a 0,5 laboriosamente y estaba claro que la estrategia a partir de entonces iba a ser sumar siempre, aunque fuese de medio en medio punto. Y así lo hizo Luengo, tras consulta previa, y Elena Casset. 3,5 a 1,5. Pero no todo iba a ser tan fácil, ya que una partida que veía claramente tablífera de repente pasó de un final de torres a otro de peones que perdía en todas las variantes, y Roberto de La Fuente, por mucho que intentó utilizar todos los trucos posibles para pasar peones con entregas de enanitos, no consiguió confundir a su rival. A ello se sumaba la derrota de Montoya gracias a un alfil arácnido de casillas blancas, que estuvo toda la partida encerrado por sus propios peones. Por fortuna (y creo que éste fue el momento clave del match), antes de que Roberto inclinase el rey, Jorge Muñoz metía un ratatatatatá en f1 con mate con tomate en una por un despiste de su rival en una posición bastante complicada. De poder pasar a un 4 a 4 taquicárdico se pasó a un 4,5 a 3,5 y a partir de allí la sonrisa de la esperanza se empezó a dibujar en nuestras caras, porque Félix Doménech llevaba un final con peón de más y Padrós conseguía montar un ataque por la columna g con colada de dama, y a pesar de que su rival ganó la calidad con un doblete, fue insuficiente para paliar el vendaval. Félix ganó pieza en una por un despiste de su rival, que además lo mostró públicamente con gestos de disgusto antes de recibir la jugada respuesta, con lo que nos dio la permanencia y el billete al Botafumeiro, y nuestro Mago de Riga anti ZBE certificaba el 6,5 a 3,5.

Sin duda, una jornada memorable y uno de los mejores encuentros que he tenido la fortuna de disputar con el Torreblanca. Todo salió bien y no tengo sino palabras de agradecimiento a mis compañeros por haberse dejado la piel en todos los matches. Esto lo digo para que me renueven el contrato para el año que viene y no me traspasen a un club de ajedrez en las Chafarinas. Por cierto, un integrante de la Rubinenca se acordaba de que había salido en una crónica mía del Open del Ideal Clavé, en aquella época en la que jugaba 60 partidas lentas al año y un montón de torneos de rápidas. A veces un detalle que has tenido hace una década puede haber influido positivamente en una persona hasta tal punto que se le haya quedado en su memoria. ¡Para reflexionar!

La semana que viene jugaremos una bonita última ronda con un equipo que se lo juega todo a una carta contra nosotros para no descender de categoría, el Ateneu Colón C, y además, hay otros equipos que dependen de ese resultado. Para nosotros será una jornada festiva que nos hemos merecido con creces, pero desde aquí manifiesto ya que no vamos a ir precisamente a pasar el rato. Vamos a ir a ganar el match con todas nuestras fuerzas y a poner la guinda del pastel a otra gran temporada.

Alejandro Darias

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