LLIGA CATALANA D’ESCACS
Domingo 2 de febrero
Categoría Preferente Provincial Barcelona, Grupo IV
TORREBLANCA 3 – COR DE LA MARINA “B” 7
Este año nos tocará sufrir más que el año pasado, en el que gracias al efecto Leicester prácticamente certificamos la permanencia en las cuatro primeras rondas de la Liga Catalana. En esta temporada 2020 llevamos un punto en las tres primeras rondas con uno de nuestros rivales para la permanencia, el Sant Andreu C, y dos roscos contra dos cocos, el Mollet B y el Cor de la Marina B. He de reconocer que la primera vez que vi el nombre del equipo badalonés, creí que se trataba de un equipo de ajedrecistas pertenecientes al Comité de Defensa de la República de la ciudad flanqueada por las tres torres de la eléctrica de Sant Adrià. Ya saben, CDR de la Marina. Y encima la D es una O que ha ido al gimnasio, con lo que mi perturbación de enfrentarme a unos montapiquetes fue total.
Antes de darme cuenta de mi error, intenté quitar hierro a la situación pensando en el equipo de presos que juega en Tercera Categoría de la Liga Catalana, siempre como local. Pero durante la semana, al hacer labores de scouting de sus alineaciones, cuando mandé el reporte en el grupo de WhatsApp del Torreblanca A, rebauticé a los badalonenses con el sugerente nombre de “Cor de la Ciutat Marinera”, en honor al mítico culebrón catalán en el que tenían que pasar trescientos episodios para averiguar que era el carpintero el violador del barrio de Sant Andreu. Tanto chiste sin duda se tornó en un contrakarma el domingo. Fuimos a enfrentarnos a los marítimos con la gallardía y el empuje de Eddie Felson el rápido, y fuimos aplastados por el Gordo de Minessota por 3 a 7.
Mejora del marcador electrónico simultáneo del presidente David Páez (que se salvó de otra petición de dimisión) y para empezar, bien entrada la mañana, con todas las partidas en juego, entró en la sala El Maño. Ruego respeten mi decisión de no revelar el nombre de la persona, pero cada vez que este hombre hace presencia en nuestro club, los cimientos del edificio que lo alberga tiemblan, y no es por el efecto de la cercana estación de tren y de las vías sobreelevadas por el siempre prometido y nunca ejecutado proyecto de enterramiento de vías. Como en la Ronda 1, El Maño se dio varios paseos por la sala de juego y desapareció al cuarto de hora, para alivio de todos los jugadores del Torreblanca. Nada más salir este señor rumbo a un paradero desconocido (jamás entenderé cómo es que se presenta a ver nuestros matches siendo socio de otro club en Barcelona, y no juega el Por Equipos allí), Eduardo Pérez creyó liar a su rival con una clavada de pieza, pero omitió que tenían un jaque con descubierta y le comieron medio tablero. Padrós, que había sido duda toda la semana porque quería ir a la manifestación contra el engendro de la Zona de Bajas Emisiones de Hada Colau (a la misma hora de la Liga Catalana), se rindió y fue a cantarle las cuarenta a la insigne alcalde ésa (o alcaldesa). Como capitán del equipo, he llegado a la conclusión de que gran parte de la derrota se debe a la otrora actriz de Antena 3, así que le diré al presidente Páez que firme una carta de protesta y la deposite en el Ayuntamiento de Barcelona, pidiendo acuse de recibo, por supuesto. Continuaba el desastre y seguía un enroque largo por parte de los tres últimos tableros, paliado en parte por las tablas de Jorge Muñoz con la cubana WFF (no sé si esto es Maestro Fide Femenino o una abreviatura de una organización ecologista). La madre de la joven jugadora estaba hablando durante el match con la madre de nuestro primer tablero, Pilar Bello, y comentaban cosas como “una partida dura tres horas por lo menos”, “qué concentrados están”. Esto me recordó algunas palabras que oía ayer en Olesa de Montserrat en los Campeonatos Comarcales de niños, en los que algunas madres decían “mi hija se aburre jugando al ajedrez porque tiene que estar media hora sin hablar”. Más tarde, a Montoya le entregaban una pieza por dos peones y ataque por destrucción del enroque, pero se demostró que dicho sacrificio era demasiado especulativo y Dani logró dar la vuelta a la situación defendiéndose muy bien y creando amenazas de mate en la desguarnecida retaguardia rival, que perdió por tiempo. Reservo para el final las partidas más controvertidas. La primera, la mía, o cómo pasar de un final de clara ventaja a otro de clara desventaja en dos jugadas lamentables y dignas de parvulito. Viendo partidas mías de hace años (por ejemplo, la que le jugué al MF Sorroche y que estuve a punto de ganar) y ver esta basura es sonrojante. Espero subir el nivel para las siguientes rondas, porque en esta Liga Catalana llevo 1 de 3, y el punto fue atracando. Paupérrimo. La segunda, la del Vaquilla de Hospitalet Julià, que dice que tenía un -5 en contra, pasó a tener un +20 de valoración según Stockfish, y al final le atracaron. Y la tercera, la de Elena Casset, que con el match ya perdido con 2 a 7, dio una lección de cómo se juega un final con precisión milimétrica frente a un Maestro Catalán que también hacía únicas, todo ello, con el incremento de tiempo en exclusiva. Elena tiene categoría de Maestro Catalán y al tiempo que conseguirá las tres normas si se mete en cerrados. Es una suerte para nosotros tenerla encabezando el equipo y dando clases a nuestros niños, no me cansaré de decirlo. La semana que viene toca enfrentarnos al Molí Nou en Sant Boi de Llobregat. Éste es un match del que se puede sacar algo positivo. Esperemos obtener los puntos necesarios para certificar la permanencia cuanto antes. La noticia más positiva del día fue la victoria del Torreblanca B frente al Barberà C, match importantísimo que puede decidir el ascenso de nuestro segundo equipo a Segunda Categoría.
Alejandro Darias.